rock y todo lo demás

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viernes, 30 de diciembre de 2011

Manic Street Preachers - 02 Arena, Londres, 17 de Diciembre '11


Llevar una carrera musical de más de 20 años, con 10 álbumes de estudio a tus espaldas y 38 singles editados no es cualquier cosa. Si además el nivel medio de tus trabajos es de notable alto y en la historia de tu banda has sobrevivido a todo tipo de aventuras, desventuras, contradicciones, giros en falso e incluso la desaparición de un miembro del grupo, deberías poder mirar al pasado con la satisfacción del deber cumplido. Si además tu carrera está jalonada de discos de platino, singles top 10 y del reconocimiento de crítica y (casi siempre) del público, la satisfacción debe ser exponencial.

Así debieron sentirse James Dean Bradfield, Nicky Wire y Sean Moore tras concluir su concierto en el espectacular escenario del 02 Arena londinense. Presentando su colección de singles “National Treasures” en una única fecha, y desgranando una a una, en dos mitades, las 38 canciones que han editado en ese formato, los Manic Street Preachers, rindieron un homenaje al arte de la composición e interpretación rock en el más amplio sentido de la palabra. Y de paso, se rindieron un homenaje a sí mismos, a su intrahistoria, a sus idas y venidas y a su peculiar forma de entender la música, la política, el arte y la vida. Tiraron de clásicos con ejecución perfecta (“The Everlasting”, “Australia” o “Your Love Alone Is Not Enough” con Nina Pearson como invitada especial), se reencontraron con temas mucho menos habituales (So Why So Sad, Let Robeson Sing, There By The Grace Of God), rockearon como lo hacían en sus orígenes (You Love Us, Motown Junk, Revol, Found That Soul) y, en definitiva, hicieron las delicias de cerca de 20.000 incondicionales que se acercaron de todos los rincones de Europa para asistir a un evento único y muy especial. Si a ello añadimos el acertado despliegue visual que acompañaba a la actuación y el apoyo de dos músicos adicionales (correctísimos Sean Reed a los teclados y Wayne Murray en la guitarra rítmica), el resultado es casi inmejorable.

Y digo casi porque, en el éxtasis de los hits Made in Manics, se echaron en falta temazos que, a pesar de no haber sido singles, no dejan de ser magníficos, desde “Sleepflower” o “Freedom of Speech Won’t Feed My Children” hasta “Natwest, Barclays, Midlands, Lloyds”, “Small Black Flowers That Grow In The Sky” o cualquier pieza del mágico “Journal For Plague Lovers”. Y es que, para una banda como los Manics, 20 años de carrera han dado para mucho. Porque, cuando allá por 1990 4 chavales del pueblo galés de Blackpool editaban sus primeras grabaciones jugando a ser Guns N’ Roses, vender millones de discos y desaparecer, pocos podían imaginarse, ni siquiera ellos mismos, que lo que se estaba gestando era una de las carreras más sólidas y prolíficas que ha dado la música del Reino Unido en las últimas dos décadas.

Al cerrar la noche con la apoteosis final de “A Design For Life” James Bradfield anunciaba que volverán en un par de años. Les esperaremos con los brazos abiertos.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

R.E.M. - Part Lies. Part Heart. Part Truth. Part Garbage. 1982 - 2011.

R.E.M. nos abandonan. Cuelgan las botas tras casi 30 años en la brecha, dejando un vacío irremplazable. Abanderaron el indie americano en los 80, se hicieron masivos en los 90 y sobrevivieron a los elementos en la última década, manteniendo siempre una intachable vocación por la melodía y un compromiso a prueba de bombas con su integridad y su arte.

Esta nueva colección recopila por primera vez toda la trayectoria de los de Athens, desde los años de I.R.S. hasta el ocaso de su último y mejorable “Collapse Into Now”, además de 3 temas nuevos.

Si bien es verdad que en los últimos años R.E.M. no rayaba al nivel que todos exigíamos para una banda de su talento (excepción hecha del notable Accelerate de 2008), no es menos cierto que pocos grupos pueden presumir de una discografía tan notable que exige hacer virguerías para reducir a sólo 40 canciones 30 años de trayectoria casi inmaculados.

En la colección que nos ocupa lucen en orden cronológico grandes clásicos como "Radio Free Europe", “Finest Worksong”, “It’s The End Of The World As We Know It (And I Feel Fine)”, “The One I Love”, “Losing My Religion” o “Man On The Moon”, acompañadas de temas menos populares pero igualmente geniales como “Fall On Me”, “Electrolite” o “The Great Beyond”. Como podíamos imaginar, y aunque las 40 canciones de este doble álbum nos den una muy buena aproximación de lo que ha representado R.E.M. en la historia de la música popular, la selección de temas es discutible, echando en falta hits como “Cuyahoga”, “Bittersweet Me”, “So Fast, So Numb” (un clásico en los directos de la banda) o “Let Me In”, del maltratado “Monster”, solo representado aquí por “What’s The Frequency, Kenneth?”. Extrañamos también algunas de sus mejores composiciones de la era post Bill Berry, como “The Lifting”, “The Outsiders”, “Lotus” o “Daysleeper” del magnífico e infravalorado “Up”, que perfectamente podrían haber sustituido a las composiciones de "Collapse Into Now".

A pesar de los “peros” habituales de una recopilación de estas características, este “Part Lies, Part Heart, Part Truth, Part Garbage“ cumple con su deber de rendir pleitesía a una de las mejores y más influyentes bandas de pop y rock de las últimas 3 décadas. Por eso, cuando suenan los acordes finales del “Hallelujah” que cierra el disco, ya les echamos de menos.




lunes, 31 de octubre de 2011

Anna Calvi - Anna Calvi

No es fácil encontrar en el panorama actual artistas con carácter, talento musical y capacidad de transmitir en el mismo "pack". Uno de esos casos es el de Anna Calvi, cantautora londinense que en este 2011 nos ha regalado con su debut homónimo.

En apenas 10 temas y 40 minutos las coordenadas de su propuesta quedan claras: voz dulce, potente y susurrante, virtuosismo a las 6 cuerdas y un sonido afilado, brumoso y tenso.

Co-producido por la propia artista y por Rob Ellis, colaborador habitual de PJ Harvey, el disco bebe a menudo de la intensidad de ésta, pero con un acento más elegante, más vestido y cinematográfico, más cercano al universo de David Lynch que a la fuerza casi salvaje de la dama de Dorset.

Pero volvamos al disco: A pesar de algún patinazo como el del obviable e intrascendente "First We Kiss" o la repetitiva "Morning Light", este "Anna Calvi" es una obra sólida y compacta, que brilla especialmente con temas como la coreable "Desire", la intensa "Suzzane & I", la sutil "I'll Be Your Man", la espectral "Love Won't Be Leaving" o, por encima de todas, la magistral "The Devil", una fantástica composición que recuerda al glorioso intimismo del "Grace" de Jeff Buckley.

Con una extensa gira de presentación a sus espaldas y una nominación para los premios Mercury, Anna Calvi se está posicionando como una de las artistas más cotizadas y con más proyección de las islas británicas. No está nada mal para un debut, ¿no?

jueves, 29 de septiembre de 2011

Pearl Jam - Twenty (film)

2011 está siendo un año propicio para que muchas bandas echen la vista atrás: los Foo Figthers lo hacían con el fantástico documental “Back and Forth”, los Manic Street Preachers anuncian el lanzamiento de un recopilatorio con todos sus singles, se re-editan “Nevermind” de Nirvana y “Achtung Baby” de U2… e incluso, en el lado más amargo, los mismísimos R.E.M. anuncian su retirada con la publicación de un Grandes Éxitos.

Entre todo este revisionismo noventero, cabe destacar con especial énfasis el 20º Aniversario de Pearl Jam, unos de los supervivientes más inesperados de la era grunge y posiblemente la mejor banda de Rock de las últimas décadas. Para celebrarlo, los de Seattle han tirado la casa por la ventana, primero con la publicación del excelente directo “Live On Ten Legs”, después con el re-issue de “Vs.” y “Vitalogy” y, como plato fuerte, con el lanzamiento de este “PJ20”, el documental sobre la banda escrito y dirigido por Cameron Crowe.

La historia la conocemos bien: Seattle, 1990: en una escena en ebullición, la irrupción de Mother Love Bone se ve truncada por la repentina muerte de su carísmático líder Andy Wood. Sus compañeros de aventuras Stone Gossard y Jeff Ament se animan a intentarlo de nuevo con la incorporación a su nuevo proyecto de un joven de San Diego llamado Eddie Vedder… sin saber que pocos meses después tendrían el mundo a sus pies. En menos de un año Seattle experimenta la explosión masiva del grunge con Nirvana y Pearl Jam como máximos exponentes: Su debut “Ten” vende millones de copias, la prensa se rinde ante sus “himnos generacionales” y su segunda referencia “Vs.” rompe el récord histórico de ventas en EEUU en su primera semana de publicación. Con efecto casi inmediato, Pearl Jam comienza a evidenciar el vértigo de un éxito inesperado y de sus consecuencias. A partir de ahí, tocará lidiar con la vida después de la sobreexposición mediática y luchar por conjugar la integridad artística y el espíritu independiente con la luz cegadora del mainstream y sus daños colaterales. Bienvenidos al mundo de Pearl Jam.



Combinando imágenes, entrevistas y actuaciones del grupo en sus distintas épocas, es la “intrahistoria” de la banda la que eleva el nivel del filme por encima del documental rock al uso: las relaciones entre sus distintos componentes, las vivencias de un joven e inseguro cantante que llega a una ciudad nueva a conseguir su sueño o las experiencias de unos veinteañeros que se ven superados por un éxito sorprendente ante el que intentan mantener firmes sus principios. Todo ello aderezado con una banda sonora magnífica, increíble material inédito de los primeros directos de la banda (impactan las imágenes de Eddie Vedder escalando escenarios a demasiados metros de altura del suelo), personajes secundarios de lujo (Chris Cornell, Nirvana o Neil Young se cruzan por el camino de los de Seattle) o sorprendente footage de Eddie Vedder y Kurt Cobain bailando agarrados en el backstage de una entrega de premios.

Como el “Running Down A Dream” de Tom Petty, el “No Direction Home” de Dylan, “Dig!” o el soberbio “End Of The Century” de los Ramones, este “Twenty” es uno de esos documentales de deleite absoluto para cualquier amante del rock y de la música en general, además de un viaje intenso y sentido por una de las épocas más prolíficas de las últimas décadas. Y seguramente el último gran puñetazo en la mesa del rock de guitarras distorsionadas.

Si además eres fan de la banda, el disfrute es exponencial.







miércoles, 31 de agosto de 2011

The Horrors - Skying


Pocos apostaban por The Horrors allá por 2007 cuando debutaban con “Strange House”, su primer larga duración. Su sonido, hijo del post punk con gotas de garaje y corazón new wave, quedaba relegado a un segundo plano en una banda que parecía más ocupada en trabajar su imagen de niños malos del rock que en la validez de su propuesta artística. El carácter en lo conceptual era indudable, pero apenas trascendía en lo musical.

O al menos eso creíamos: Tan solo dos años más tarde los ingleses se reivindicaban con uno de los discos más bellos, hipnóticos, oscuros y angulosos de los últimos tiempos, el soberbio “Primary Colors”. Un ejercicio con todas las hechuras de obra maestra para el que contaron además con la ayuda en la producción de Geoff Barrow de Portishead y del mismísimo Chris Cunningham apadrinando el proyecto. The Horrors habían pasado de promesa a realidad incontestable.

Ya en 2011, con un nuevo trabajo de estudio bajo el brazo, es tiempo de reválida Y, como era de suponer, la sombra de “Primary Colors” es alargada. Autoproducido por la banda, “Skying” ofrece muchas de las virtudes de su antecesor, definiendo el sonido de un grupo que, mirando al pasado, compone y ejecuta con carácter. El disco incide en el uso y abuso del sintetizador, pero desde un prisma más luminoso que su obra anterior, aportando color a la escala de grises que rebosaba su anterior obra. “Still Life” o "You Said" ejemplifican un paso desde las sombras hacia la luz que, de paso, les acerca a un público más amplio.

Pero ese coqueteo con la new wave ochentera es también el talón de Aquiles del disco: ya sin Barrow moldeando el sonido, los Horrors pierden en profundidad, en densidad, en aristas. En las impurezas que hacían de Primary Colors un álbum tan especial. Pierden parte de su alma. La elegancia compositiva sigue ahí, con temas como “I Can See Through You” o “Moving Further Away” jalonando un trabajo notable, pero que queda indefectiblemente marcado por las expectativas creadas por su predecesor.

Pero no desesperemos. A pesar de no alcanzar el nivel de excelencia de aquél, con “Skying” los Horrors no sólo siguen creciendo, sino que se consolidan como banda de primera, como grupo de referencia. Y quién sabe si, con un poco de suerte, los nuevos adeptos pronto puedan ser testigos del próximo giro de tuerca de Faris Badwan y compañía. Que así sea.

domingo, 31 de julio de 2011

Josh T. Pearson - Last of the Country Gentlemen


“Last of the Country Gentlemen” es el primer larga duración del texano Josh T. Pearson, además de una de las referencias más interesantes de lo que llevamos de 2011.

Josh T. Pearson dio señales de vida allá por 2001 con el debut de Lift To Experience, para borrarse del panorama musical de forma casi inmediata, dejándose ver casi con cuentagotas: algunos directos y colaboraciones, un par de sencillos… pero mucha menos actividad de la que se podía presuponer a su talento. Este año por fin se destapa el potencial real de un artista que se pasea por el lado más doliente del country y el folk con poco más que su voz y una guitarra acústica. Y siempre con el corazón en la mano.

Grabado en Berlín en apenas dos días, prácticamente en directo, “Last of the Country Gentlemen” no es un disco para nada fácil: el álbum es un tortuoso camino por el desamor moldeado por un minimalismo instrumental absoluto en el que guitarra y voz vertebran todos los temas (apenas adornados puntualmente por cuerdas o pianos) y en el que 4 de las 7 piezas que lo componen sobrepasan los 10 minutos de duración. Por si esto fuera poco, las estructuras son extrañas, retorcidas, y los estribillos al uso brillan por su ausencia. A pesar de esta racanería formal, este “Last of the Country Gentlemen” guarda un premio para el oído paciente, que descubre en las desgarradas confesiones de Pearson, en sus enmarañados acordes y en su poderosa voz una personalidad y una capacidad de transmitir emociones difíciles de igualar.

“Sweetheart I Ain’t Your Christ”, “Woman I’ve Raised Hell”, “Sorry With A Song” o la fantasmagórica “Drive Her Out” destacan como exponentes de este ejercicio de arte en estado puro que, vestido de austeridad musical, rebosa valentía, sinceridad e integridad. Sólo hay que atreverse.

miércoles, 29 de junio de 2011

Holywater - The Path to Follow



Holywater son ya unos veteranos del underground español. Con más de 10 años sobre los escenarios, los de Lugo han facturado con este "The Path to Follow" un disco más que notable.

En esta su cuarta referencia, la banda de Ricardo Rodríguez nos deleita con un catálogo de guitarras vibrantes, estribillos redondos y medios tiempos intensos adornados con una voz sentida y trabajada, poniendo sobre la mesa argumentos de sobra para emparentarlos con los Radiohead de la era The Bends o con el Jeff Buckley mas rockero. En definitiva, Rock alternativo de la mejor escuela, cimentado con brillantes temazos como “In Your Head”, “Confrontation’s Done”, “Never Be Broken” o la potentísima “The Tunnel”.

Cantan en inglés, pero con una pronunciación de las que no avergüenzan al angloparlante y, por si fuera poco, su directo es energético, rabioso e inmediato.

¿Por qué entonces no son enormes? ¿Por qué no ocupan portadas de revistas pseudo "independientes"? Veamos: su actitud no es indolente, no emulan a los Planetas, no coquetean con la electrónica ni juegan al folk de camisa de cuadros de Zara; no se acomodan en el pop insulso que se factura hoy día ni juegan al moderneo. Básicamente, distorsionan sus guitarras y son jodidamente reales. Y precisamente por eso nos gustan.

martes, 31 de mayo de 2011

Lucinda Williams - Blessed


Lucinda Williams acaba de publicar “Blessed”, su 10º álbum de estudio, grabado en los estudios Capitol de Los Angeles y producido por Don Was.

Tras el giro hacia el optimismo y la luminosidad que supuso su anterior trabajo, “Little Honey”, “Blessed” vuelve a un territorio más familiar para la artista de Louisiana, con grandes dosis de intimismo, recogimiento e introspección marca de la casa. En general nos encontramos ante una obra continuista, repleta de medios tiempos y trufada de historias de desamor y desengaño, en la que destacan la profundidad de “Copenhaguen”, “I Don’t Know How You’re Livin’”, la sencillez de “Kiss Like your Kiss” o el brío del fantástico single que es “Buttercup”, marcadamente más rockero en su enfoque e instrumentación que lo que nos tiene acostumbrados nuestra country woman favorita.

Por encima de todo, como siempre, destaca su desgarrada y turbadora voz. Sí, a menudo su fraseo es inconstante, a veces incluso desafina… pero tiene el don de transmitir más emoción en unas canciones a veces ciertamente anodinas (“Born To Be Loved”, “Awakening”) que lo que otros consiguen en temas mucho más agradecidos.

Este “Blessed” no emociona como “Essence”, tampoco estremece como “West”, y ni de lejos se acerca a la obra maestra que es “Car Wheels On A Gravel Road” pero, como siempre, un disco de Lucinda Williams es una buena noticia.


domingo, 17 de abril de 2011

Radiohead - The King of Limbs


La evolución de Radiohead es difícil de explicar: grupo post Nirvanero de debut mediocre pero con un himno generacional inolvidable se transforma en la banda más laureada y admirada del planeta gracias a tres obras maestras consecutivas de calidad incontestable: “The Bends”, “OK Computer” y ”Kid A”. Y no sólo eso, con cada uno de estos discos la banda retuerce su propuesta, se reinventa, enrareciendo sus piezas y añadiendo capas electrónicas y matices alquimistas por encima de altísimos niveles de intensidad compositiva. Y así, con las expectativas por las nubes, llegamos hasta el año 2000. Y a partir de ahí, cambio de tercio: cierto continuismo (“Amnesiac”), pasos en falso (“Hail To The Thief”) y una extraña sensación de oportunidad perdida. Radiohead siguen estando por encima de la media, sí, pero se descentran: empiezan a preocuparse más por las formas que por el fondo.

Sólo así se entiende el bizarro ejercicio de rareza que es “The King of Limbs”, un trabajo de apenas 8 piezas que, por encima de todo, desconcierta. Compositivamente flojo, la última referencia de los de Oxford empieza con el drumbeat embarullado de “Bloom”, sigue con la regulera “Morning Mr. Magpie” y toca fondo con la olvidable “Feral”. En los tiempos de “OK Computer” ninguno de ellos tendría siquiera el nivel de una cara B como “Pearly” o “Meeting In The Aisle”. Triste pero cierto. “Little By Little” se salva por su intensa base rítmica, “Lotus Flower” y “Separator” por el impecable trabajo de producción y por la aún excelsa voz de Thom Yorke… pero ninguna de ellas sobrecoge, ninguna emociona. Sólo la preciosa “Codex”, prima hermana de la sublime “Pyramid Song” levanta el vuelo en un disco que parece más una colección de descartes o un puro divertimento que un trabajo de estudio de la considerada “mejor banda del mundo”.

Cuesta creer que el grupo que compuso tres discos soberbios en apenas 5 años haya tardado otros 5 en aportar 8 escasos temas entre los cuáles un experimento tan anodino y vulgar como “Feral” pasa el corte. Resulta también difícil comprender cómo una de las mejores bases rítmicas del planeta (Phil Selway y Colin Greenwood) y una de las guitarras más creativas de la escena británica (Johnny Greenwood) son infrautilizados y, en el peor de los casos, sustituidos por insípidos juegos de base rítmica a lo “The Eraser”.

Tienen más talento que nadie… lo que no hace sino agrandar el misterio de Radiohead. ¿Volverán algún día? Queremos creer.

sábado, 19 de marzo de 2011

The Vaccines - Post Break-Up Sex (single)


En algún lugar entre los Strokes y Glasvegas y con la típica actitud "me aburro" de la banda británica tipo, The Vaccines son el paradigma del perfecto hype: Sin tener aún disco en el mercado ya copaban portadas gracias a dos singles curiosos y al incesante interés de la prensa de las islas por encontrar nuevos ídolos adolescentes en las filas de su indie nacional.

Acaban de editar su primer largo, en el que destaca de largo el "Post Break-Up Sex" que nos ocupa, un tema melodramático, brioso, sentido e hipermelódico que, mirando de reojo a Interpol, se descuelga con una estrofas de quilates y un estribillo coreable y adictivo. Como carta de presentación, funciona.


sábado, 26 de febrero de 2011

PJ Harvey - Let England Shake


PJ Harvey vuelve y lo hace por la puerta grande con “Let England Shake”, su 8º disco de estudio y su mejor trabajo desde el fantástico “Stories From The City, Stories From The Sea”, allá por el año 2000.

De todos es sabido que Polly Jean es una especia única: una voz angelical con una sensibilidad a flor de piel y un vigor sobrehumano en la interpretación. No es menos cierto que de vez en cuanto sus caminos de introspección pueden resultar algo ásperos o difíciles de procesar (valga como ejemplo el exigente y no tan lejano “Uh Huh Her”). Pero con “Let England Shake” la dama de Dorset cambia las reglas del juego, con un enfoque que vira desde su minúsculo cuerpo hacia el mundo exterior. Desde las entrañas, eso sí, pero mirando con ojos dolorosamente lúcidos a la realidad de su tierra, Inglaterra, y su participación en las guerras de Irak y Afganistán.

El resultado es una de las obras cumbres de su carrera. Las melodías son excelsas, ahora íntimas y dolientes, ahora hipnóticas y tensas, casi siempre maravillosamente bellas, en continuo contraste con unas letras, duras y afiladas, que resultan sobrecogedoras. El trabajo vocal es soberbio como de costumbre y, con Flood y John Parish tras la mesa de mezclas, la sobriedad de la producción enfatiza con minimalista perfección cada sonido y cada detalle.

Desde la preciosista “The Last Living Rose”, las descarnadas “The Glorious Land” y "Battleship Hill” hasta la emotiva “In The Dark Places” o el dulcísimo y durísimo dueto final de “The Colour of the Earth” (cortesía de Mr. Mick Harvey), “Let England Shake” te sumerge en un viaje de emociones y sensaciones del que es difícil escapar. Y por si fuera poco, el desgarro de su político e hipercrítico mensaje no hace sino fortalecer la unidad y consistencia de la obra, otorgándole una transcendencia de contenido más relevante si cabe que a cualquiera de sus trabajos anteriores.

“What if I take my problem to the United Nations”, canta PJ en “The Words That Maketh Murder”, dejándonos sin habla. Y es que Polly Jean, no tenemos nada más que decir. Sobran las palabras. Un 10.

domingo, 30 de enero de 2011

Monster Magnet - Mastermind


“Mastermind” es el octavo álbum de estudio de la banda de Dave Wyndorf. Nacidos a finales de los 80, Monster Magnet ha sido desde entonces una referencia del rock, space, hard y stoner rock, tocando el cielo con dos obras cumbres del género en las últimas dos décadas: el espacial “Dopes to Infinity” y el glamouroso e hipercalórico “Powertrip”, posiblemente su mejor y más conocido trabajo, publicado allá por 1998.

Desde entonces la banda ha seguido publicando con regularidad, a pesar de numerosos cambios en la formación, distintos sellos y algún que otro problema con las drogas, como el que llevó a Wyndorf a la sobredosis allá por 2006, días antes de comenzar una nueva gira.

Una vez recuperado, y tras la publicación del extraño 4-Way Diablo (cabe recordar que en su gira de presentación la banda no tocaba ni un solo tema del mismo), Monster Magnet vuelve a la carga con “Mastermind”, un álbum duro, denso, rocoso, pétreo, que remite más al space rock de “Dopes to Infinity” que a la velocidad de crucero de “God Says No” o del mencionado “Powertrip”. Wyndorf no se divierte, sino que bucea en sentimientos que, a través de su excelsa voz, desembocan en composiciones menos inmediatas que en sus obras anteriores. Menos estribillos coreables, más riffs tensos y angulosos, además de una extraña sensación de déjà-vu, con estructuras algo predecibles o progresiones que aportan poco a la gran colección de temas de los de Nueva Jersey. A lo largo del disco queda así una sensación de piloto automático, de falta de riesgo, de conformismo, especialmente en el área compositiva, donde se echa en falta algo de la chispa de otras referencias de la banda.

Eso sí, a pesar de no ser su obra más inspirada, el disco deja grandes momentos 100% escuela Monster Magnet, como la energizante “Dig That Hole”, el fabuloso single que es “Gods & Punks”, “Hallucination Bomb” o la propia “Mastermind”, aunque el resultado nos deje con ganas de algo más. Ese es el problema de bandas como Monster Magnet, las expectativas siempre son máximas.