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domingo, 30 de enero de 2011

Monster Magnet - Mastermind


“Mastermind” es el octavo álbum de estudio de la banda de Dave Wyndorf. Nacidos a finales de los 80, Monster Magnet ha sido desde entonces una referencia del rock, space, hard y stoner rock, tocando el cielo con dos obras cumbres del género en las últimas dos décadas: el espacial “Dopes to Infinity” y el glamouroso e hipercalórico “Powertrip”, posiblemente su mejor y más conocido trabajo, publicado allá por 1998.

Desde entonces la banda ha seguido publicando con regularidad, a pesar de numerosos cambios en la formación, distintos sellos y algún que otro problema con las drogas, como el que llevó a Wyndorf a la sobredosis allá por 2006, días antes de comenzar una nueva gira.

Una vez recuperado, y tras la publicación del extraño 4-Way Diablo (cabe recordar que en su gira de presentación la banda no tocaba ni un solo tema del mismo), Monster Magnet vuelve a la carga con “Mastermind”, un álbum duro, denso, rocoso, pétreo, que remite más al space rock de “Dopes to Infinity” que a la velocidad de crucero de “God Says No” o del mencionado “Powertrip”. Wyndorf no se divierte, sino que bucea en sentimientos que, a través de su excelsa voz, desembocan en composiciones menos inmediatas que en sus obras anteriores. Menos estribillos coreables, más riffs tensos y angulosos, además de una extraña sensación de déjà-vu, con estructuras algo predecibles o progresiones que aportan poco a la gran colección de temas de los de Nueva Jersey. A lo largo del disco queda así una sensación de piloto automático, de falta de riesgo, de conformismo, especialmente en el área compositiva, donde se echa en falta algo de la chispa de otras referencias de la banda.

Eso sí, a pesar de no ser su obra más inspirada, el disco deja grandes momentos 100% escuela Monster Magnet, como la energizante “Dig That Hole”, el fabuloso single que es “Gods & Punks”, “Hallucination Bomb” o la propia “Mastermind”, aunque el resultado nos deje con ganas de algo más. Ese es el problema de bandas como Monster Magnet, las expectativas siempre son máximas.