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lunes, 30 de enero de 2012

Noel Gallagher’s High Flying Birds


“Noel Gallagher’s High Flying Birds” es el primer disco en solitario del hombre que está detrás de la larga lista de hits que adornó la carrera de Oasis, una de las mejores bandas que han salido de Inglaterra en las últimas décadas. Dos años después de la disolución del grupo que compartía con su hermano, el mayor de los Gallagher se despacha con 10 canciones de regusto clásico que beben de la misma fuente que las composiciones de su antigua banda y que, como era de esperar, abundan en el ángulo menos potente de los de Manchester.

Más “Beateliano” y menos “Stones”, el LP abandona la actitud chulesca que fuera bandera de Oasis y se centra en terrenos más introspectivos y en los que Noel parece sentirse más cómodo. La producción es limpia, casi cristalina, y las canciones, reconociblemente Gallagher, pero en un registro más contenido que antaño. Ojo, no estamos ante un álbum acústico, ni mucho menos: temas como “Everybody’s On The Run”, “Dream On” o “AKA Broken Arrow”, (seguramente el mejor corte de la colección), rebosan brío y melodía, pero se echa de menos el desparpajo y la frescura que emanaban de los guitarrazos y muros de sonido que definieron el sonido de los de Manchester. Y algunas canciones tampoco ayudan: Si “The Death Of You And Me” apenas brilla como anodino primer single, "(I Wanna Live In A Dream In My) Record Machine" o la sosa “Soldier Boys And Jesus Freaks” no consiguen levantar el ánimo, mientras que la pretendida épica final de “Stop The Clocks” se queda en un fuego de artificio que nunca acaba de explotar: una especie de Oasis a medio gas más cerca del mediocre “Let There Be Love” que de “Champagne Supernova”.

Cierto es que nos encontramos ante una colección de canciones correcta que reivindica el talento compositivo de Noel Gallagher, pero cierto es también que el disco nos ofrece pocas sorpresas y que no acaba de emocionar. ¿Es este “High Flying Birds” mejor que los dos últimos discos de Oasis? Posiblemente. ¿Son las canciones de Noel Gallagher mejores que las de Beadie Eye? Sin duda. ¿Se trata de un disco más maduro quizás? Seguramente lo es, pero no confundamos madurez con adocenamiento o resignación. Y es que el hombre que antes incitaba a recorrer con aire chulesco las calles de Londres pinta en mano ahora parece invitarnos a ponernos las zapatillas de casa para ver el Telediario. En cuanto a canciones, se gana el aprobado; en cuanto a actitud, se puede mejorar.