rock y todo lo demás

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jueves, 31 de octubre de 2013

Pearl Jam - Lightning Bolt
























Lightning Bolt” es el décimo disco de estudio de Pearl Jam, la eterna banda de Seattle. 12 nuevos cortes que siguen dando lustre a una carrera que circula ya por su tercera década de existencia. Seiscontrauno desgrana cada uno de los temas de este Rayo Americano: 

Getaway”: dicen que el que golpea primero golpea dos veces, y Vedder y cía lo saben de sobra. El tema que abre el disco es una de las joyas de la nueva colección: tenso, musculoso y rabiosamente melódico. Un clásico instantáneo. 

Mind Your Manners”: el primer single de “Lightning Bolt” es una aceleradísima pieza que escupe inconformismo y reivindicación en un envoltorio casi hardcore. Inmediato pero de consumo un tanto fugaz. 

My Father’s Son”: la serpenteante línea de bajo de Ament vertebra un tema que mantiene la tensión del inicio del álbum. Un poderoso ejercicio vocal y lírico de Vedder en un corte áspero e intenso que, salvando las distancias, emparenta con el espíritu de “Vitalogy”.

Sirens”: El segundo single de “Lightning Bolt” es la otra cara de la moneda que lanzaban al aire con “Mind Your Manners”: Aunque altamente emotivo, este medio tiempo musicado por Mike McCready se acerca peligrosamente al terreno de powerballad AOR, con algunos de los gestos más previsiblemente mainstream que los de Seattle nos han ofrecido hasta ahora, desde los adornos de Cameron a la batería en los primeros acordes del tema hasta los pianos de Moon Gaspar en el éxtasis final del tema. No es Nickelback, Dios me libre, pero por momentos casi lo parece. Notables los textos y sobresaliente el puente con solo de McCready incluido.

Lightning Bolt”: el tema que da título al disco es un nuevo pastillazo 100% Vedderiano. Comienzo minimalista, crescendo musical en las estrofas y estribillo desbocado y ganador. A medio camino entre “Got Some” y “Unthought Known”, el corte representa  el arquetipo de canción PJ de los últimos años, desde el “Aguacuate” (su homónimo “Pearl Jam” de 2007) hasta nuestros días. 

Infallible”: puente entre la enérgica primera mitad del álbum y el reflexivo segundo tramo, “Infallible” esconde estrofas con guitarras contenidas que recuerdan a “Tremor Christ” y que desembocan en un estribillo algo descafeinado, vulgarizado por los predecibles arreglos de teclado. Fantástica interpretación de Vedder, cuya voz se impone descaradamente (aunque a veces en exceso a lo largo del minutaje del disco) por encima de sus compañeros. 

Pendulum”: la mayor sorpresa del disco en cuanto a sonoridad, “Pendulum” es un ejercicio de minimalismo musical casi “new wave”, poco habitual en la banda de Seattle. Oscuro, lento y brumoso, descolocará a aquellos que no descifren la belleza de la tensión que generan las teclas de Gaspar y sus sutiles y evocadoras guitarras. Un tema maravillosamente arreglado y producido que agranda el alcance musical de PJ.

Swallowed Whole”: guitarras acústicas y eléctricas se cruzan en un medio tiempo buenrollista que pedía más revoluciones. Épica “Backspacer” en un crescendo constante, en el que la estrofa es estribillo.  Disfrutable.

Let the Records Play”: ¿Pearl Jam se pasan al blues? Lo hacen al menos temporalmente con este tema de insípido estribillo escrito por Stone Gossard. Una pieza que, a pesar de una notable interpretación, se queda en tierra de nadie. Sorprende que, tras los 5 años que han pasado desde su último trabajo, este sea el corte que aporta al conjunto el que otrora fuera compositor principal del combo. La más floja del lote.  

Sleeping By Myself”: Preciosa balada “made in Vedder” que, ¡sorpresa! el vocalista ya había grabado y publicado en su “Ukulele Songs” de 2011. Resulta extraño que la banda, conocida por su vasto catálogo y excelentes caras B, tenga que recurrir a un tema ya publicado para completar su nuevo disco. En su versión “pearljamizada”, como no podía ser de otra manera, la canción gana en cuerpo y en riqueza, aunque sorprenda su elección por encima de descartes como el poderoso “Olé” que filtraron online hace un par de años.  

Yellow Moon”: este relajado medio tiempo es otra de las joyas de la corona, un tema de corte clásico que cobra intensidad por momentos y que gana matices con cada escucha. Podría haber funcionado perfectamente como cierre del disco. Cuando Ament acierta, suele dar en la diana. 

Future Days”: desnuda pieza acústica con letras híper emotivas como despedida. Una canción muy del gusto del Vedder post “Into The Wild”, prima hermana de los “Just Breath” o “The End” que adornaban “Backspacer”. Exceso de pompa “mainstream” en la producción, con algunos violines de más y un piano excesivo en intro y outro. Es preciosa, sí, pero decanta la balanza  hacia “lo lento” en un disco que se queda algo escaso de fuerza en su segunda mitad. 

“Lightning Bolt” no esconde los himnos de “Ten”, no es memorable como “Vs.” ni irreverente como “Vitalogy”, pero es una obra más atinada que “Binaural”, el homónimo “Pearl Jam” o el hetéreo “Riot Act”. Un disco más que notable que confirma que, tras 22 años de carrera, Pearl Jam sigue siendo capaz de escribir buenas canciones e interpretarlas con un gusto exquisito. Si con el sobresaliente “Backspacer” enderezaron el rumbo, con este nuevo trabajo confirman la dirección. Que el próximo no se haga esperar tanto.  

martes, 30 de julio de 2013

Queens Of The Stone Age - ...Like Clockwork



Primera escucha: bueno, me recuerda un poco a Era Vulgaris. Temas pesados, oscuros, casi barrocos, tempos lentos… y melodías ásperas, poco inmediatas. La producción es excelente, pero desde que no está Nick Oliveri han perdido ese punto punk, rápido y salvaje que tanto molaba y que les hacía tan especiales y versátiles. Por cierto, se podían currar un poco el cuadernillo del cd, qué cutrez...
Tercera escucha: Son solo 10 temas, pero el disco no es de fácil digestión. “I Sat By The Ocean” es de las más directas y el riff es winner total, pero no hay apenas concesiones. Me da la sensación que Homme se repite mucho en las melodías de voz… Habrá que darle más tiempo. “My God Is The Sun” es un temazo, eso sí.
Sexta escucha: Es innegable que el disco tiene empaque y que crece con las escuchas. “Fairweather Friends” o “I Appear Missing” son dos temazos tremendos, hiperoriginales. Y hay pasajes muy poco convencionales para QOTSA, como “…Like Clockwork”, que por momentos parece un tema digno de Radiohead.
Décima escucha: Tremenda la recompensa tras varias vueltas al cd, vaya discazo de Homme y cía. Hasta los cortes a priori menos interesantes, como “If I Had A Tail” o “Smooth Sailing” tienen un peso brutal y aportan muchísimo ambiente al conjunto final. La ejecución en los temas es absolutamente perfecta (vaya musicazos) y las letras tienen carácter para derrochar. No es para nada el pelotazo que fue “Songs For The Deaf”, pero es un trabajo sobresaliente que demuestra una madurez y una intensidad que no habíamos visto antes en Homme. Los que pensábamos que la fórmula se estaba agotando… pensemos otra vez. ¡Larga vida a las Reinas!  

domingo, 30 de junio de 2013

Daft Punk - Get Lucky (single)






















Muy de vez en cuando tenemos la suerte de darnos de bruces con el hit perfecto: una canción redonda, universal, inmediata, refrescante… y capaz de poner de acuerdo a millones de personas a lo largo y ancho del planeta, desde los amigos del mainstream estilo “One Direction” hasta el lector más avezado y recalcitrante de Pitchfork. Este nuevo “Hey Ya” es un regalo de los hit-makers franceses Daft Punk que, aunque suelen flaquear en sus largos, han vuelto a dar en la diana con un single absolutamente incontestable. “Get Lucky” es todo un guiño al dance setentero más desenfrenado, que se hace fuerte retomando los elementos humanos de una banda de rock al uso: bajo, batería, guitarra y voz. Quién lo iba a decir a estas alturas.
El conjunto es una combinación genial que rezuma la calidez de una batería “de verdad”, un bajo contenido, sólido y bailongo, una interpretación vocal excepcional (cortesía de Pharrel Williams) y, por encima de todo, de un trabajo excelso a la guitarra del genio que es Nile Rodgers, fundador de Chic y experto discotequero por antonomasia. Pocas guitarras pueden marcar la diferencia de una forma tan salvaje en una interpretación que lo tiene todo: tono, cadencia, golpeo, feeling… un verdadero regalo. Y si además la melodía es excelente, no nos queda otra opción: nos rendimos al single del año.

viernes, 31 de mayo de 2013

David Bowie - The Next Day
























Han pasado ya 10 años desde que Bowie se alejara de los escenarios con “Reality” y su accidentado tour, tan accidentado que muchos seguimos temiendo no volver a ver de nuevo al Duque Blanco encima de un escenario. A falta de gira, el inglés nos ha amenizado el año con un sorpresivo comeback que nos trae su vigésimo cuarto disco de estudio bajo el brazo, el interesante e irregular “The Next Day”.

La nueva obra, que vuelve a contar con Tony Visconti en la producción, nos presenta a un Bowie clásico, maduro y templado, en la línea que apuntaban sus predecesores, los infravalorados “Hours”, “Heathen” y el regular “Reality”. El disco, oscuro y contenido, juega con la introspección y el paso del tiempo, obsesión personal del artista, consiguiendo un sonido pulido y elegante que crece con cada escucha. En el debe, el álbum alarga en exceso su minutaje, dejándonos claroscuros entre sus 14 cortes. Si bien la obra presenta momentos soberbios como la vibrante “Valentine’s Day”, la marcial “I’d Rather Be High”, la balada de libro que es “You Feel So Lonely You Could Die” o la abisal “Heat”, también abundan otros más grises como “Dirty Boys”, “Love Is Lost”, “Boss of Me” o “Dancing Out in Space”, que restan consistencia a un conjunto al que parece faltar un hilo conductor. Ciertamente, la terrible portada tampoco ayuda.

No cabe duda de que un retorno como el de David Bowie es una celebración en sí misma, y es un placer ver que, a sus 66 años, Bowie sigue demostrando una tensión compositiva y un hambre creativa encomiables. No es menos cierto que, pasada la efervescencia de la campaña mediática de apoyo al disco, “The Next Day” deja al oyente con ganas de más. Entre otras cosas, de una portada nueva. No debería ser tan difícil, ¿no?